Ahora prácticamente no hay personas mayores de 25 años que no tengan problemas de columna. Una de las patologías más habituales es la lesión de las vértebras del cuello que, si no se trata, progresa inevitablemente y provoca cada vez más malestar en el paciente.
¿Qué es la osteocondrosis?
La osteocondrosis de la columna cervical es una alteración degenerativa-distrófica de las articulaciones y los discos intervertebrales.
Con la progresión de la osteocondrosis cervical, comienzan a aparecer los siguientes síntomas:
disminución de la agudeza visual y la audición;
entumecimiento de la lengua;
con un giro brusco del cuello, se oscurece en los ojos, mareos;
en la parte posterior de la cabeza se siente un dolor punzante, que puede irradiarse a las sienes y coronilla;
dolor en la columna cervical y los hombros, que molesta al paciente incluso durante el sueño y se agrava con el movimiento o el esfuerzo;
rigidez en el cuello, especialmente por la mañana;
presión en el esternón;
dificultad para respirar, sensación de falta de aire.
Debido al hecho de que la médula espinal no recibe suficientes nutrientes, el rango de movimiento, así como la sensibilidad de las extremidades superiores e inferiores, disminuye notablemente.
Causas de la osteocondrosis cervical.
La predisposición a la osteocondrosis del cuello es hereditaria. Además, las causas comunes del desarrollo de patología son:
dieta desequilibrada;
escoliosis;
pie plano;
VSD;
fatiga;
lesiones y moretones en la columna;
actividad física excesiva;
reumatismo;
estilo de vida sedentario;
exceso de peso.
¡Referencia! La razón principal para el desarrollo de la osteocondrosis es una violación del metabolismo mineral, que puede asociarse con una deficiencia de calcio o una alteración hormonal. Las mujeres a menudo se enfrentan a esta patología durante el embarazo y la menopausia.
Diagnósticos
Para determinar el grado de cambios degenerativos en la columna, se utilizan los siguientes métodos de diagnóstico:
Ecografía Doppler de arterias carótidas y vertebrales. Le permite detectar vasos espasmódicos, así como una violación del suministro de sangre al cerebro y la médula espinal.
Audiografía para probar el funcionamiento de los órganos auditivos.
Ultrasonido.
Tomografía computarizada y resonancia magnética de la cabeza y la columna cervical. Se realiza con el objetivo de valorar la zona de la lesión, comprobar la posición de los discos intervertebrales, detectar compresión de la médula espinal y vasos sanguíneos.
Prueba de sangre.
Radiografías en una etapa temprana de la patología.
Electroneuromiografía que muestra la presencia de inflamación, pellizco y daño nervioso.
Exploración dúplex de los vasos de la cabeza.
¡Referencia! Todos estos procedimientos se realizan de manera más conveniente en un solo lugar, por ejemplo, en un centro de tratamiento y rehabilitación, donde los diagnósticos se realizan con equipos modernos.
Qué médico trata
Si se presentan síntomas de osteocondrosis cervical, el tratamiento no se puede iniciar de inmediato. En primer lugar, conviene concertar una cita con un neurólogo. El especialista realizará un examen y luego derivará al paciente a los estudios necesarios.
¡Importante! Realizar terapia manual y otros tipos de tratamiento sin un diagnóstico preliminar amenaza con lesionar y agravar los problemas existentes.
Métodos de tratamiento
Una vez realizado el diagnóstico, el paciente puede proceder al tratamiento. Los principales especialistas trabajan en centros de tratamiento y rehabilitación, por lo que la probabilidad de complicaciones es mínima.
El método principal para tratar la osteocondrosis del cuello es la terapia manual. El especialista realiza un masaje que relaja el cuello y los hombros, devuelve las vértebras y articulaciones a su posición natural y trabaja para normalizar el flujo linfático y la circulación sanguínea.
La terapia manual a menudo se combina con ejercicios terapéuticos para tonificar los músculos del cuello. Además, el tratamiento farmacológico y la fisioterapia se utilizan para eliminar la patología.
resultados
Como resultado de la terapia, las terminaciones nerviosas se liberan de pellizcos, la columna se estabiliza y el dolor desaparece o disminuye. Un quiropráctico puede enderezar las vértebras y aumentar la distancia entre los discos dañados, eliminando así la fricción.
¡Importante! La osteocondrosis de segundo y tercer grado no se puede curar por completo. Pero la terapia y la rehabilitación permitirán al paciente restaurar las funciones dañadas de la columna tanto como sea posible.
Rehabilitación y recuperación del estilo de vida
En los centros de tratamiento y rehabilitación, no solo se realiza el diagnóstico y tratamiento de la osteocondrosis cervical, sino también medidas de rehabilitación. El paciente sale del centro sano y dispuesto a volver a su forma de vida habitual lo antes posible.
La rehabilitación tiene como objetivo no solo restaurar el funcionamiento de la columna, sino también prevenir daños en los tejidos sanos. El programa se elabora teniendo en cuenta la gravedad de la patología y la presencia de complicaciones. Los procedimientos de fisioterapia, masajes, fisioterapia, aplicaciones de barro han demostrado su eficacia. Si el paciente todavía tiene síntomas de patología, se le prescribe un bloqueo de medicamentos.
Estilo de vida con osteocondrosis cervical.
Para evitar una recaída de la enfermedad, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
cambie la posición del cuerpo al menos cada media hora;
no levante una carga que pese más de 5 kg;
caminar más, hacer fisioterapia, nadar, pilates;
es preferible usar no una bolsa, sino una mochila;
cuando sea sedentario, tómese un descanso de diez minutos cada hora.
¡Importante! La posición del cuerpo humano durante el sueño es de gran importancia. Debes dormir boca arriba, sobre un colchón ortopédico de firmeza media y una almohada ortopédica. En este caso, la cabeza y el cuello deben estar sobre la almohada y los hombros deben estar sobre el colchón.
El tratamiento de la osteocondrosis cervical es más efectivo en una etapa temprana, por lo que no debe posponer una visita a un neurólogo. Pero es posible detener la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida independientemente del grado de daño en las articulaciones y los discos intervertebrales. Para ello, es importante no perder el tiempo y seguir las recomendaciones de un especialista.